No mejoró, pero por lo menos ganó
En un partido flojo, en el que Colón volvió a quedar en deuda desde lo futbolístico, el rojinegro se impuso a Quilmes por 1 a 0 con gol de “Tito” Ramírez de penal a los 33 minutos del segundo tiempo. El arquero Germán Montoya, con un par de atajadas decisivas, fue el mejor en el local.
Colón derrotó esta noche a Quilmes 1 a 0 en un partido correspondiente a la tercera fecha del Torneo Inicial.
El único gol lo marcó Rubén Ramírez, de penal, a los 33 minutos del segundo tiempo, lo que sirvió para cortar una prolongada sequía del delantero, que llevaba varios minutos sin convertir, y también de triunfos para el Sabalero.
No obstante, y a pesar de quedarse con la victoria, no habrá que dejar de señalar que, respecto de las dos primeras fechas, poco mejoró el equipo de Forestello en el aspecto futbolístico. Sí hubo una levantada en el aspecto defensivo, aspecto en el que sobresalió el arquero Germán Montoya, que con dos o tres intervenciones decisivas fue, junto con Curuchet, de lo mejor en el local.
El primer tiempo ofreció realmente muy poco. Se vio a dos equipos con buenas intenciones, pero limitados. No más que eso. Los dos se aproximaron a las áreas rivales y llevaron riesgo, pero las situaciones de gol escasearon.
La primera fue para Quilmes terminó con la pelota dentro del arco, pero no convalidaron el gol: iban 16 minutos cuando vino un centro pasado y un jugador la metió al medio del área chica para Caneo (dos cabezazos seguidos dentro del área en la misma jugada) que mandó la pelota al fondo del arco. Pero la anotación quedó invalidada porque el juez de línea marcó equivocadamente posición adelantada, ya que el jugador de Quilmes estaba habilitado.
Recién en el final de la etapa la presión de Colón en la salida de Quilmes rindió frutos y en pocos segundos contó con dos buenas situaciones. La primera a los 36’, cuando vino un pase profundo para Curuchet, que entró al área forcejeando con un defensor y le pegó fuerte y al primer palo, pero la pelota se fue por arriba.
Un minuto después un pase profundo de Mugni y a espaldas de un defensor puso a Curuchet mano a mano con Peratta, el atacante dejó en el camino al arquero pero se quedó con poco ángulo para definir, a pesar de lo cual alcanzó a rematar al arco y su tiro fue despejado sobre la línea.
Así, los dos pudieron irse al descanso en ventaja, pero en definitiva el primer tiempo terminó con un 0 a 0 que, en medio de la mediocridad y la paridad, fue justo.
Ramírez no perdonó
Gran parte del segundo tiempo fue igual a la primera mitad. Poco fútbol, mucha pierna fuerte, y pocas situaciones de gol. La primera fue para la visita: a los 13’ de un tiro libre desde la derecha vino un centro que Sebastián Martínez apenas desvió de cabeza y Montoya, con una gran reacción, sacó lo que era el 1 a 0.
Recién a los 26’ llegó Colón: Ramírez enganchó hacia el medio del área, hizo pasar de largo a un defensor y quedó de frente a Peratta, pero definió con un tiro débil y al medio. Y un minuto después fue el otro “9” de área, Boghossian, el que lo tuvo para Quilmes cuando recibió de espaldas al arco y con un marcador encima, pero con un buen movimiento se las ingenió para quedar él también de frente al arco rival, pero su tiro cruzado encontró otra notable respuesta de Montoya.
Con las limitaciones de los dos, el partido estaba abierto para cualquiera, y fue Colón el que sacó provecho de eso: a los 33’ un pase en profundidad de Urribarri para Leguizamón dejó al delantero solo dentro del área y el arquero le cometió penal. De esa falta vino la buena ejecución de Rubén Ramírez para poner el 1 a 0.
Tres minutos después Prediger armó una gran jugada individual que finalizó con un remate cruzado y bajo desde fuera del área que salió cerca del segundo palo.
En el final Quilmes se fue desesperado a tratar de conseguir la igualdad y metió atrás al rojinegro, lo arrinconó en su área, pero no le alcanzó para sacarle al dueño de casa la primera victoria del torneo que sirve para calmar los ánimos, aunque sigue estando en deuda en el aspecto futbolístico.
El único gol lo marcó Rubén Ramírez, de penal, a los 33 minutos del segundo tiempo, lo que sirvió para cortar una prolongada sequía del delantero, que llevaba varios minutos sin convertir, y también de triunfos para el Sabalero.
No obstante, y a pesar de quedarse con la victoria, no habrá que dejar de señalar que, respecto de las dos primeras fechas, poco mejoró el equipo de Forestello en el aspecto futbolístico. Sí hubo una levantada en el aspecto defensivo, aspecto en el que sobresalió el arquero Germán Montoya, que con dos o tres intervenciones decisivas fue, junto con Curuchet, de lo mejor en el local.
El primer tiempo ofreció realmente muy poco. Se vio a dos equipos con buenas intenciones, pero limitados. No más que eso. Los dos se aproximaron a las áreas rivales y llevaron riesgo, pero las situaciones de gol escasearon.
La primera fue para Quilmes terminó con la pelota dentro del arco, pero no convalidaron el gol: iban 16 minutos cuando vino un centro pasado y un jugador la metió al medio del área chica para Caneo (dos cabezazos seguidos dentro del área en la misma jugada) que mandó la pelota al fondo del arco. Pero la anotación quedó invalidada porque el juez de línea marcó equivocadamente posición adelantada, ya que el jugador de Quilmes estaba habilitado.
Recién en el final de la etapa la presión de Colón en la salida de Quilmes rindió frutos y en pocos segundos contó con dos buenas situaciones. La primera a los 36’, cuando vino un pase profundo para Curuchet, que entró al área forcejeando con un defensor y le pegó fuerte y al primer palo, pero la pelota se fue por arriba.
Un minuto después un pase profundo de Mugni y a espaldas de un defensor puso a Curuchet mano a mano con Peratta, el atacante dejó en el camino al arquero pero se quedó con poco ángulo para definir, a pesar de lo cual alcanzó a rematar al arco y su tiro fue despejado sobre la línea.
Así, los dos pudieron irse al descanso en ventaja, pero en definitiva el primer tiempo terminó con un 0 a 0 que, en medio de la mediocridad y la paridad, fue justo.
Ramírez no perdonó
Gran parte del segundo tiempo fue igual a la primera mitad. Poco fútbol, mucha pierna fuerte, y pocas situaciones de gol. La primera fue para la visita: a los 13’ de un tiro libre desde la derecha vino un centro que Sebastián Martínez apenas desvió de cabeza y Montoya, con una gran reacción, sacó lo que era el 1 a 0.
Recién a los 26’ llegó Colón: Ramírez enganchó hacia el medio del área, hizo pasar de largo a un defensor y quedó de frente a Peratta, pero definió con un tiro débil y al medio. Y un minuto después fue el otro “9” de área, Boghossian, el que lo tuvo para Quilmes cuando recibió de espaldas al arco y con un marcador encima, pero con un buen movimiento se las ingenió para quedar él también de frente al arco rival, pero su tiro cruzado encontró otra notable respuesta de Montoya.
Con las limitaciones de los dos, el partido estaba abierto para cualquiera, y fue Colón el que sacó provecho de eso: a los 33’ un pase en profundidad de Urribarri para Leguizamón dejó al delantero solo dentro del área y el arquero le cometió penal. De esa falta vino la buena ejecución de Rubén Ramírez para poner el 1 a 0.
Tres minutos después Prediger armó una gran jugada individual que finalizó con un remate cruzado y bajo desde fuera del área que salió cerca del segundo palo.
En el final Quilmes se fue desesperado a tratar de conseguir la igualdad y metió atrás al rojinegro, lo arrinconó en su área, pero no le alcanzó para sacarle al dueño de casa la primera victoria del torneo que sirve para calmar los ánimos, aunque sigue estando en deuda en el aspecto futbolístico.
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